martes, 18 de septiembre de 2012

Conocí a Neruda

Quiero relatarles un acontecimiento que mientras estaba ocurriendo, como muchas cosas, no supe lo importante que era. 

En ese tiempo estudiaba arquitectura en la Universidad de Chile, e imperaba en el centro de alumnos y en casi toda actividad la Juventud Comunista. Organizaron entonces, a modo de reclutar adeptos, un encuentro con Pablo Neruda, quién aunque no ganaba todavía el Premio Nobel, traía una obra de un tamaño y grandeza inalcanzable para cualquier otro escritor de por ahí. Había sido ya candidato a la presidencia renunciando a favor de Salvador Allende. Asistimos entonces a un paraninfo conocido como "mantequillera" a observar a ese dinosaurio de las letras como obligación libertaria y antiderechista, no tanto poética, pues éso de "España en el Corazón" y "Alturas de Machu Picchu" y otros obviamente apenas lo habíamos avistado en la Enseñanza Media. 


Entre jeans "pata de elefante", barbas, patillas, bototos de guerrillero, pañuelos rojos y los consabidos afiches del Ché apareció Doña Matilde , su esposa, apresurada, diligente ordenando las sillas, el mesón , el agua, los libros y comunicando el momento de empezar. Hizo su entrada el vate mismo con su paso de paquidermo cansado y su sonrisa perenne. Tomó asiento y nos contó que había también estudiado arquitectura pero sólo durante dos horas. Después de ese principio vino la apoteosis. Nos leyó sus Odas a la Construcción, en que se sentían los martilleos y los serruchos, las carretillas y las palas con ritmo metálico. Subía de pronto el tono de voz haciendo que nos alejáramos y luego lo bajaba casi a susurro atrayéndonos expectantes. Jugó con nuestras emociones durante un rato que nos pareció mágico y sin tiempo. 

Tiempo después vestí la camisa roja y releí sus obras, algunas en la misma Isla Negra , donde aún está su casa.

Para su funeral, que fue altamente resguardado por los militares, dueños del poder hacía poco tiempo, unos cuantos valientes estuvieron a su lado y otros, no tan valientes , estuvimos a varias cuadras de distancia, recordando su voz . 





Tengo aún los " Versos del Capitán", poesía apasionada, y un pequeño trozo de la camisa roja que pasó a ser trapero durante la época difícil. Prácticamente todo lo de él lo conocí después de esa audición increíble a la fecha. Su gesta en España no nos parece real para estos tiempos tan de mercado. Cuéntenme si alguna vez lo vieron.

No hay comentarios:

Publicar un comentario